martes, 28 de febrero de 2012

Dragonball Evolution: El fracaso del Live Action

“Dragon Ball” es un manga (cómic japonés) de 42 volúmenes publicado entre 1984 y 1995 en la revista Shonen Jump, escrita e ilustrada por Akira Toriyama, a partir del cual se desarrolla una serie de anime (caricatura japonesa) en capítulos semanales.



La trama sigue las aventuras de Gokū desde su infancia hasta su edad adulta, período en el que se somete a un entrenamiento de artes marciales, y explora el mundo en busca de siete objetos legendarios conocidos como las Dragon Ball, las cuales conceden cualquier deseo a su portador por medio de un dragón llamado Shenlong. A lo largo de su travesía, Gokū se hace de varios amigos y se enfrenta a una amplia variedad de villanos, muchos de los cuales también buscan las Dragon Ball para cumplir sus deseos.
 
El término de Live Action, hace referencia a una serie o película basada en un anime o manga japonés, en donde los personajes son interpretados por actores reales.
 
 
 
“Dragon Ball Evolution” es un Live Action, dirigido por James Wong y protagonizado por Justin Chatwin y James Marsters, estrenado el 10 de abril de 2009. El nombre ‘Evolution’ hace referencia a que la historia es adaptada a un contexto realista y actual.
 
El error principal de esta película es el guión, ya que da la sensación de que el guionista y el director desconocen la historia en la que se basan y a los personajes que desarrollan, y eso da lugar a una película en la que permanecen solamente nombres y conceptos muy aislados de la trama, no existe respeto por lo que sucede en la serie.
 
Otro problema es el desarrollo de los personajes, en la serie la expresión facial de los personajes era muy destacada, los sentimientos y sensaciones se notaban a través de esta, en la película se intento llevar a cabo esto sin mucho éxito, ya que en ocasiones se nota exagerado y fuera de lugar. Gokú, interpretado por Justin Chatwin, no logra desarrollar la simpatía, la inocencia y la fuerza del personaje, no genera empatia con el espectador, y lo mismo sucede con la mayoría de los actores, ya que no logran capturar correctamente la esencia de los personajes que interpretan. Algo que cabe destacar es el nulo parecido que tienen los actores con los personajes del manga, lo cual no permite al espectador relacionarlos entre si.
 
 
 
En cuanto a efectos especiales, estos son de muy mala calidad, pantallas verdes y digitalizaciones mal superpuestas, escenas de pelea donde se nota la existencia de cuerdas debido a la mala edición, exagerada utilización de cámara lenta y personajes digitales como Shenlong y transformación Ozaru poco creíbles.
 
Desde un principio la idea de llevar a la pantalla grande una historia tan complicada por su longitud y variedad de personajes, se convierte en un gran reto aun teniendo claro el desarrollo de la historia original. Pero la realización de un Live Action en este caso es mucho mas complicada, debido a que la trama se desarrolla en una dimensión paralela en la que los personaje pueden ser de otro planeta, o incluso animales, donde existen situaciones fantásticas que no pueden adaptarse a un contexto real actual, ya que esto nos lleva a todas las incoherencias, desvíos y parches que se dan a la historia y a los personajes.
 

 En conclusión “Dragon Ball Evolution” es una película mal dirigida, mal actuada, mal desarrollada, y sobre todo mal adaptada, en un intento por realizar una película que cualquiera pudiera disfrutar sin necesidad de conocimientos previos de la trama, sin tomar en cuenta que este tipo de filmes generalmente son desarrollados para un publico especializado, que en el caso de Dragon Ball es muy amplio, por lo cual finalmente no genero las ventas esperadas, ya que decepciono a los que conocían la historia y no logro atraer publico nuevo.
 
Aporte: Alejandra P.C.

sábado, 25 de febrero de 2012

Cirque du soleil - Magia y escena

Mi primer acercamiento al circo no fue una experiencia tan asombrosa comparada con la primera ves que fui al Cirque du Soleil; se que existe toda una tradición que involucra a los animales dentro de sus espectáculos, sin embargo me parece más atractivo el hecho de que con tan solo la creatividad y la capacidad del cuerpo se puedan lograr cosas mucho más interesantes.

Habían sido años los que espere para por fin ver uno de sus espectáculos, y tras un ligero acercamiento con las transmisiones de sus obras por televisión abierta surgió mi interés, pero no fue sino hasta el año pasado que logre comprar un boleto para la función de OVO.


La función fue justamente mi primer día de vacaciones; algo que lo volvía realmente especial y anhelado, el lugar está compuesto por varias carpas, la más amplia era donde se realizaba el espectáculo y las demás que albergaban los servicios; antes de entrar no sabía realmente a lo que me iba a enfrentar, por algo dicen que no es lo mismo oír las cosas que vivirlas, fue en cuanto entré a la primera carpa que entonces me di cuenta de la magnitud de aquello.

La antesala, una gran carpa de más de diez metros de altura con una iluminación de fondo en tonos azules, que en contraste con las series de luces amarillas suspendidas del mástil central generaban ese ambiente mágico que debe, a mi concepción, tener un circo.

Para llegar a la carpa central tenías que salir a un área abierta que servía como área  para fumadores y la ubicación de los baños, para luego subir unos escalones, en cuanto entras te asignan tu asiento, en esa ocasión mi ubicación dentro de las gradas fue bastante buena a mi parecer, tenía la vista del escenario desde una de las laterales y podía ver como salían los actores a escena; pero lo que realmente llamo mi atención fue como se encontraba la escenografía: telarañas, flores y un huevo gigante justo en medio del escenario, como si al atravesar el acceso hubieran reducido mi estatura a la de un insecto, pero ahí no acababa la capacidad de estas personas para involucrarte al espectáculo, actorescon trajes similares a los apicultores simulando colectores de insectos se paseaban entre la gente con sus redes y sus frascos de recolección al mismo tiempo que insectos con grandes patas simuladas por zancos, y extravagantes colores se paseaban entre las butacas simpatizando con la gente.


La obra se divide en varios actos donde los insectos muestran, de una manera bastante utópica, la forma de vivir en su hábitat; bailan, trabajan y se enamoran; pero también se hace presente el miedo, representado por insectos de mayor tamaño y aspecto escalofriante, sin duda la intervención de los momentos de humor son los más esperados por la gente, a lo cual tengo que decir que no es necesario expresarse con palabras para hacer a la gente reír y dibujar una sonrisa en sus rostros, la mayoría del lenguaje utilizado en los espectáculos del Cirque du Soleil es una mezcla de idiomas existentes y creados por los escritores, lo que hace que el actor haga uso de su habilidad teatral para expresar todos esos sentimientos de alegría.

El espectáculo es una perfecta mezcla entre luces, escenografía, música y acrobacia; tanto los actores como los acróbatas realizan sus actos y danzas con tal devoción, que es imposible parpadear por miedo a perderte algo importante. La música en vivo con canciones mezcla de portugués, francés e inglés, se vuelven un deleite para los oídos, y la vista, ya que incluso los músicos van vestidos como caracoles.




OVO fue para mi realmente una maravilla, no había experimentado en mucho tiempo como todos mis sentidos se concentraban al máximo, incluso en los pequeños detalles, y a mi corazón latir de esa manera ansiando por ver más; justo ahora me encuentro interesada en otra de las funciones del Cirque du Soleil : Zarkana, la historia de un mago que pierde al amor de su vida y se decide a entrar al teatro abandonado donde solía presentarse para buscarla, donde se topará con seres surrealistas que intentaran detenerlo, este solamente se ha presentado en España, Rusia y Nueva York que será su próximo destino este verano, Zarkana quizá no llegue a México por aspectos técnicos; y mi experiencia al ver OVO fue tan grata, que puedo terminar diciendo: “Nueva York… espérame”.

Aporte de: Alejandra H.C.