Hoy en la tarde en la facultad, me encontré con una joven alumna, que tenia algunos pequeños golpes, y tenia el brazo en un cabestrillo (saludos Montsse) pero me dio penita preguntar lo que le había sucedido, y recordé que hay una forma sencilla de que la persona afectada se vea en la penosa necesidad de estar explicando que fue lo que paso, y observador ve satisfecha su curiosidad.
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